Artes marciales y el colegio: ¿Prohibir el entrenamiento es la mejor opción?

El impacto positivo del Taekwondo y otras disciplinas en el rendimiento académico y emocional de los niños y adolescentes.

Muchos padres deciden castigar a sus hijos con la suspensión del entrenamiento cuando les va mal en el colegio, sin darse cuenta de que las artes marciales pueden ser parte de la solución y no del problema. ¿Cómo lograr un equilibrio entre estudio y deporte?

Un error común: Castigar con la suspensión del entrenamiento

Es habitual que, cuando un niño o adolescente baja su rendimiento académico, los padres busquen medidas correctivas para incentivarlo a mejorar. Lamentablemente, una de las decisiones más frecuentes es prohibirles asistir a sus clases de taekwondo, karate, judo u otras artes marciales hasta que sus notas mejoren. Sin embargo, esta estrategia puede ser contraproducente.

Las artes marciales no son el problema, sino parte de la solución

Lejos de ser un obstáculo para el estudio, las artes marciales ayudan a los jóvenes a desarrollar habilidades esenciales que impactan positivamente en su rendimiento académico:

Disciplina y responsabilidad: El entrenamiento les enseña a organizarse, ser constantes y respetar normas, valores fundamentales también en el ámbito escolar.

Manejo del estrés y la frustración: Muchos chicos enfrentan ansiedad y presión en la escuela. Practicar artes marciales les brinda una vía de escape saludable y una forma de canalizar emociones negativas.

Mejora en la concentración y memoria: A través de la repetición de técnicas y estrategias de combate, los jóvenes entrenan su capacidad de atención y retención de información.

Fomento de la autoestima y la motivación: Lograr avances en su arte marcial refuerza su confianza en sí mismos, lo que puede traducirse en una mejor actitud frente a los desafíos escolares.

Alternativas y consejos para los padres

Si un hijo está teniendo dificultades en la escuela, en lugar de castigarlo con la suspensión del entrenamiento, los padres pueden optar por estrategias más efectivas:

Establecer un plan de estudios: Ayudar al niño a organizar su tiempo, asegurando que cumpla con sus responsabilidades escolares antes del entrenamiento.

Involucrarse en su aprendizaje: Preguntar qué materias le cuestan más, ayudarlo con sus tareas y brindarle apoyo emocional.

Fomentar la conexión entre entrenadores y docentes: Muchas veces, los profesores de artes marciales pueden colaborar reforzando valores como la disciplina y la responsabilidad en el alumno.

Utilizar el entrenamiento como incentivo: En lugar de castigar, se puede motivar al joven a mejorar su desempeño académico con metas y recompensas relacionadas con su práctica.

Las Artes Marciales no solo enseñan a pelear, sino a enfrentar la vida con determinación y disciplina. En lugar de verlas como un obstáculo, los padres deben aprovecharlas como una herramienta para fortalecer a sus hijos en todos los aspectos de su desarrollo, incluido el académico.

Si los estudios no van bien, la solución no es quitarles lo que los motiva y fortalece, sino encontrar la manera de que ambas áreas se complementen para su crecimiento personal.

Matias Martinez CEO Locosxtkd.

Periodista Deportivo

Equipo de trabajo Kombat Taekwondo ARG.

Prensa oficial Confederacion Argentina de Taekwondo.

Relator y Comentarista Deportivo/ Productor.

Fotografo/Edición de videos.